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jueves, 18 de octubre de 2012

Alice ou la dernière fugue
1977, Claude Chabrol

San Salvador, 18 de Octubre de 2012

Este Blog está de luto; anoche falleció Sylvia Kristel, la actriz holandesa que interpretó a Alice en la película de Claude Chabrol que da título a este blog. Al leer la noticia recordé porqué hace unas semanas, tras dudar entre un par de nombres, me decidí, entre otros,  precisamente por éste... 

Alice, interpretada por Sylvia Kristel

Alice, interpretada por Sylvia Kristel

Más allá de la calidad de la película, que no pasará por ser ni de las mejores ni de las peores de la nouvelle vague, sino más bien un experimento personal del director, si es la que más he disfrutado una vez que ya la he visto... la película se envuelve en una bruma espesa y "ennivrante" que apenas si deja pasar el aire, es como si respirases pequeñas dosis de morfina, te deja en el sofá, a su merced, mientras que poco a poco te va embalsamando... 

Por eso la disfrutas después, cuando se pasa ese efecto y queda esa especie de resaca somnolienta


Alicia en el laberinto

Si bien el mérito es del director, que pausadamente -como en todas sus obras- va tejiendo la tela de araña en la que te atrapa, no es menos cierto que la película es por encima de todo, Alice, con su sensualidad frágil y misteriosa, sus anhelos de libertad, su aire soñador y esa sensación de fuga permanente, fuga de todo y de todos, pero sobre y ante todo, de si misma, lo cual, inexorablemente, fue, es y será imposible. Quizás quede ya claro porqué adopté este título para el blog...



El otro día analizaba la actuación de Jean Seberg en À bout de souffle (1960, Jean-Luc Godard) y mis percepciones rememoraban similitudes con las que transmite Sylvia Kristel en esta película, ya que ambas comparten un punto de rebeldía, de ausencia de equilibrio, y esa atracción irresistible de mujer indomable. Sin embargo hay también grandes diferencias. Mientras Seberg transmite una "naiveté" rebelde sin motivo aparente más allá de su permanente necesidad de cambio, Kristel arrastra tras de si una mística soñadora donde la necesidad no es de cambiar sino de interiorizar sensaciones nuevas, así mientras la una experimenta desde la superficialidad, la otra experimenta desde la profundidad, mientras que una lo hace con actitud infantil, la otra lo hace con madurez, siendo, a fin de cuentas, visiones inherentes incluso al origen de las actrices, una americana y otra europea, o a su vestimenta (los directores prologan esa sensación con la ropa que queda para la historia del cine, tanto las camisetas con publicidad del periódico que vende Seberg o todo tipo de ropa a rayas que lleva, que llegaron a traspasar la propia película creando tendencias de moda en su época tipo "femme fatale", como el vestido azul o el vestido rojo ¿sangre? de Kristel). 


Jean Seberg en À bout de souffle
Seberg y Belmondo en À bout de souffle























Más allá de este juego de busca y captura de las 7 diferencias y las 7 similitudes, que quizás ni existan y solo las vea yo, no quiero comparar las trayectorias de ambas actrices, que, dicho sea de paso, no son de mis favoritas ni son dos actrices de primera línea, pero si son dos actrices que en mi opinión  nacieron para interpretar un rol muy marcado, en el cual si dejaron huella, y por lo que ya siempre serán recordadas.

Kristel en Emmanuelle (1974)
Kristel en Emmanuelle 2 (1978)  Meses antes de interpretar a Alice

Kristel será recordada principalmente por su rol en Emmanuelle (1974, Just Jaeckin), que no deja de tener ciertas similitudes con éste, o mejor dicho, éste rol guiña el ojo en ocasiones a su papel anterior. Aunque se quedan en eso, ciertas similitudes, porque la dirección es muy diferente, y el objetivo también. 





Los que hoy en día ven Emmanuelle probablemente no puedan entender lo que significó a mitades de los 70, cuando en España los jóvenes tenían que cruzar la frontera tan solo para poder ver un torso de mujer desnudo. Si la juzgamos atemporalmente, perderemos la perspectiva de lo que supuso su sensualidad en los 70, toda una revolución tanto para los hombres que la miraban con anhelo como para las mujeres que soñaban con la libertad que transmitía y que la sociedad no las había permitido tener. Decía su director en Emmanuelle que no estaba preparada para el éxito que tuvo, que fue superada por éste. Y seguramente fue así...




Alice con su vestido rojo

No quiero entrar en detalles de su vida personal, pero si al menos mencionar que siempre fue turbulenta, con una infancia muy dura... y con una adolescencia marcada por haber sido abandonada por su padre a los 12 años de edad, junto con su hermana. Esa carencia hay quien la ve en su interpretación y quien no, aunque principalmente se deduce de las relaciones tan peculiares que ha mantenido, pero esas sensaciones, deducciones con mayor o menor sentido, y especulaciones, quedan para cada uno.



Alicia... ¿en el espejo? Me encanta esta escena...
Cuenta Alice ou la dernière fugue con dos actuaciones curiosas, por un lado André Dussollier que ha sido y es un actor referente en el cine francés desde los 80, que interpreta el papel doble de príncipe arcángel y distribuidor de gasolina, con claras alegorías -que cada quien interpretará a su manera- al cuento de Carroll, y un joven actor de 13 años, Thomas Chabrol, hijo del propio director y su mujer, Stéphane Audran, musa de su por entonces marido en tantas películas (Les femmes infidèles, Jours tranquiles à Clichy, Juste avant la nuit, Landru, Les biches, etc.) como en tantas de otros directores. Una actriz de quitarse el sombrero.


Alicia, en el espejo, un guiño más al libro de Lewis Carroll

En fin, poco más puedo decir. Anoche, el 17 de octubre de 2012, murió la actriz Sylvia Kristel por cáncer a la edad de 60 años. Desde aquí mi pequeño homenaje. Descanse en paz.


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