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miércoles, 24 de octubre de 2012

“If you want a friend, get a dog (Si quieres un amigo, cómprate un perro)
Wall Street, 1987, Dir. Oliver Stone

San Salvador, 24 de Octubre de 2012

Imagen de Wall Street (New York, USA)
Wall-Street es una callejuela que a todo aquel que haya paseado por NY le habrá extrañado que sea el centro financiero mundial. Su nombre se origina en el muro de madera y lodo que construyeron los colonos holandeses en dicha zona en 1652 para proteger Nueva Ámsterdam de los ataques de los indios Lenape y de los Ingleses, siendo a la postre éstos últimos los que se llevaron por delante a los indios, a los holandeses, el muro (1699) y a todo aquel que se les pusiera por delante. Un siglo después, esa era la zona habitual donde especuladores y financieros acudían a negociar y comerciar y años después acabó edificándose allí La Meca de las finanzas… ¿o no? Quizás esa esté en Washington, en la Reserva Federal como denuncian Stone y Alita de pollo. Pero quien quiera saber en qué momento empezaron a jodernos que acuda a los artículos de “alita de pollo” que adjunto. Además le ayudará a entender la secuela descafeinada y mediocre de la carismática, que no brillante, Wall Street de 1987.


Pero hoy no quiero hablar de la crisis. ¿Para qué? Nos joden unos pocos, porque pueden y porque nos dejamos. Siempre pasó y siempre pasará, con suerte, a veces, cae alguno pero el resto se apoyan entre si, como el PP y el PSOE en España. Cosas de la demagocracia o demogracia, según el humor que se tenga. Pero si voy a hablar de las dos pelis del señor Piedra…

Oliver Stone
Parece increíble que el director de Platoon, Nacido el 4 de Julio, JFK o U-Turn, e incluso de la propia Wall-Street original, sea capaz de películas como esta secuela. Pese a verse superada por Apocalypse Now y Full Metal Jacket, la controvertida Platoon alcanza el podio -a mi juicio, claro, que para eso es mi articulo- dentro de las películas de la guerra del Vietnam, lo cual es un mérito por ser un tema muy recurrente en Hollywood. Sin olvidar que las medallas de oro y plata son para colosos como Coppola y Kucrick, lo cual refleja hasta qué punto el nivel es elevado y su tercer pusto es aún si cabe más lustroso. Sin irnos tan lejos, Wall Street fue una gran película sin pretender serlo, actores discretos como son Michael Douglas (6/10) o Charlie Sheen (4/10), dan lo mejor de si lo que permite a Douglas aspirar al notable. Mérito del director.


M. Douglas y C. Sheen durante el rodaje de Wall-Street
M. Douglas y C. Sheen durante el rodaje de Wall-Street
No deja de ser curioso que en los dos papeles principales contase con dos actores que tuvieron fácil llegar donde llegaron por méritos heredados, dado lo pedazo de actores que son sus padres. Este hecho queda patente en la propia Wall Street de 1987 porque Sheen padre se come a Sheen hijo con patatas en las escenas que aparecen juntos, pero el resultado es contundente y conforma una película de altos vuelos y muy original, aspecto que se aprecia en la existencia de frases que quedan para la historia del cine como la del título del blog o la famosa “If you’re not inside, you’re outside (Si no estás dentro, estás fuera)”, o “A fool and his money are lucky enough to get together in the first place (Un tonto y su dinero no están juntos mucho tiempo)”, o “When a man looks into the abyss and there is nothing staring back to him, at that moment a man finds his carácter, that is what keeps him out of the abyss (Cuando un hombre se asoma al abismo, se encuentra sólo, y en ese momento es cuando se forma su carácter y es eso lo que evita que caiga al abismo)” o “The main thing about money, Bud, is that it makes you do things you don't want to do (el principal inconveniente del dinero, Bud, es que te obliga a hacer cosas que no deseas hacer)”, y muchas más, casi todas del tiburón de las finanzas Gordon Gekko, el personaje interpretado por Douglas.


Gordon Gekko (M. Douglas)

No quiero cerrar esta parte sin detenerme unos instantes en el propio Gekko, un personaje que ha trascendido a la propia película creando en torno a si una aureola que lo define e identifica más allá de la gran pantalla. Icono del depredador sin escrúpulos, del manipulador capaz de sonreír mientras devora tus entrañas, del estandarte del fin justifica los medios en un universo donde solo hay cabida para el capitalismo alienador y salvaje… donde o matas o mueres, y que es la cruz y la cara de un sistema que, como Saturno, devora a sus hijos, puesto que de esos polvos vienen estos lodos, y que es en suma el origen de esta crisis en la que nos encontramos, Gordon Gekko es inherente al propio sistema que debe lo que es gracias a la avaricia del ser humano y, al mismo tiempo, es lo que lo corrompe y lo que quizás algún día lo condene.



Y entonces parió la abuela, quiero decir, llegó la secuela…



Como decirlo… Indignación, decepción, abulia… vamos una a una. Indignación porque una cosa es que el inepto de Shia Labeouf destroce lo poco que se puede sacar de Transformers, y otra muy distinta es que destroce la secuela de una película con un cierto cartel como Wall Street. Esto es un insulto. Porque Sheen no lo borda, pero no lo estropea, pasa sin pena ni gloria, alternando momentos buenos con momentos discretos, lo cual eleva aún más la actuación de Douglas, pero lo de este tiparraco… No vale ni para actor secundario (¿Bob?) en película muda. Si hay algo patético en el cine es la sobreactuación llevada al límite… y solo de pensar como sobreactúa cada escena da grima. ¿Es siempre mala la sobreactuación? Bueno, pues depende… Es bueno para telenovelas (a mi abuela le encanta), bueno para ciertas comedias muy determinadas como la inolvidable sobreactuación de Cary Grant en Arsenic and Old Lace (mal traducida por Arsénico por Compasión) de Frank Capra, pero es horrendo para el resto, especialmente para una película dramática, donde el enfoque de la interpretación hay que calibrarla muy bien... 

Decepción porque aunque la trama financiera de la secuela no es mala, la peli es inexplicablemente larga, los actores se arrastran, el final es patético, las relaciones personales son absurdas, ningún papel ni situación en la que aparecen ni Laboeuf ni su patética novia ni Douglas son creíbles (su personaje va de más a menos y al final se ahorca a si mismo y eso es responsable el Sr. Stone porque no le ha hecho eso a un papel, se lo ha hecho a un mito, porque Gordon Gekko deja de ser un personaje en el mismo instante que aparece sentado en su trono de Manhattan); no así la parte del FED que es lo único por lo que acabé de ver la película. 

Pero esta parte se podría haber resumido en 20 minutos, y como la peli dura 120… de ahí sale la abulia.



Había cerrado aquí el artículo pero no quiero cerrarlo con mal sabor de boca, por rescatar algo de la secuela, voy a poner una frase de Gordon Gekko que resume la peculiar -y no por ello falsa- filosofía de Darwinismo Social que encarna su personaje: The point is, ladies and gentleman, that greed, for lack of a better word, is good. Greed is right, greed works. Greed clarifies, cuts through, and captures the essence of the evolutionary spirit. Greed, in all of its forms; greed for life, for money, for love, knowledge has marked the upward surge of mankind. (El hecho es que, señoras y señores, la codicia, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona. La codicia clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución. La codicia en todas sus formas: la codicia de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la evolución de la humanidad)”.

Gordon Gekko (Michael Douglas en Wall Street)
Podemos estar de acuerdos o no, pero el cabroncete de Gordon dice verdades como puños, quizás se le podrían reprochar las verdades que deja de decir, pero “nobody’s perfect”, verdad querido Wilder?


  

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